Juan Gómez Jurado, el Rey del tablero

Miquel Alzamora
5 de noviembre de 2024

Juan Gómez Jurado es un escritor superlativo, un inventor de historias, un seductor de la palabra, el Rey del tablero de la narración adictiva. Sus libros son su mejor carta de presentación y su semblante, aunque siempre risueño y alegre, denota también en muchas ocasiones cansancio, ojos soñolientos, voz casi apagada. Porque hacer lo que hace requiere de horas de estudio, de concentración, de escribir y reescribir, de cortar y recortar, de leer y releer, de imaginar y volver a imaginar. Y eso agota. Pero Juan lo lleva con una naturalidad envidiable. Vuelve con ‘Todo Muere’ para cerrar el círculo Reina Roja. Pero abrirá otro, igual o mejor. Porque su visión abarca un horizonte inagotable de palabras.

Hago público este correo recibido por el propio autor porque además de buen escritor, es un tipo especialmente cuidadoso con quien le admira. Porque la estrella que es no ha perdido la humildad de sus inicios. Por eso será siempre eterno. ‘Todo Muere’, todo un acontecimiento. Comparto con vosotros la palabra de Jurado.

Correo remitido por Juan Gomez Jurado.

¡Hola! Este es un email muy bonito de escribir. También doloroso, al menos un poco.

Este es el fin de un ciclo. El cierre del Círculo del Universo Reina Roja, tal y como lo concebí hace quince años. No sé si te he contado de dónde vino la idea. La culpa es de mi amigo Rodrigo Cortés, y de cómo me hizo polvo con una frase.

—Ningún desenlace de novela de misterio está a la altura de su planteamiento —me dijo un día.

Estoy seguro de que la frase no es suya, pero Rodrigo lo pronunció como lo pronuncia él todo, como si se le acabara de ocurrir, y al mismo tiempo lo hubiera labrado en piedra hace tres milenios un cantero al dictado de los dioses. ¿ Y si fuera posible resolver el mayor problema de la literatura de misterio, es decir, que volver a ella sea un problema, puesto que ya conoces el desenlace?

Trazada sobre el folio, la idea era de una simplicidad aplastante. Escribir una novela de misterio que fuera independiente, una historia aparentemente cerrada. Pero que al leer una segunda novela, cambiase el significado —y por tanto, el misterio— de la primera. Que el lector encontrase un placer recurrente en volver a leerla (a leerlas) porque se afectasen entre ellas. Que, de hecho, el orden en el que pudieran acceder a ellas fuese libre, cambiando por tanto la experiencia. No decirle absolutamente nada al lector hasta que no fuese inevitable.

 

Era una absoluta estupidez, por cierto. Desafiaba toda lógica. Dado que la lectura se puede empezar por cuatro de las ocho novelas -El Paciente, Cicatriz, Reina Roja o Todo Arde-, ni siquiera podíamos numerar los libros.

Y cuando publiqué Todo Arde… sabía que iba a haber una reacción en contra. Sólo por el hecho de que no salieran Antonia y Jon. ¡Y yo no podía decir que era la misma historia! Era muy frustrante, pero también precioso y esperanzador. Porque confiaba plenamente en ti y en tu inteligencia. Y porque preservar lo bien que te lo ibas a pasar descubriéndolo por ti mismo merecía la pena. No me defraudaste. Muchas gracias por eso.

Y ahora está aquí Todo Muere. Mira qué preciosidad. ¡648 páginas de thriller! Es el cierre del Círculo. A las preguntas que te estás haciendo ahora mismo, lo único que puedo decirte es: lee el libro y lo entenderás todo. A las que te harás cuando acabes, ya sabes que me tienes aquí para lo que quieras.

Gracias infinitas por este viaje larguísimo y emocionante. Voy a tardar en escribirte otra vez con novedades, porque estoy trabajando en una novela nueva que no tiene nada que ver con el Universo Reina Roja. Pero volveré a hacerlo, lo prometo.

Mientras tú estés ahí, yo también lo estaré.

Juan Gómez Jurado.