Era sábado de madrugada. El reloj marcaba la una, minuto arriba, minuto abajo. Era sábado de hace ahora 17 años. Transitaba el 2007 y el calendario informaba de que era 20 de octubre. Muchos de ustedes saben que a esa hora y ese día en Onda Cero Radio arrancaba un programa que hablaba de misterio y de historia, que era por encima de todo enigmático y que había nacido de la mente y la profesionalidad de Juan Antonio Cebrián. Era sábado. Era tiempo para La Rosa de los Vientos.
Pero ese maldito sábado el micrófono se quedó huérfano. No hubo programa porque su presentador, uno de los periodistas más carismáticos del dial gracias a su cultura y conocimientos había fallecido repentinamente. Juan Antonio Cebrián murió y La Rosa de los Vientos se quedó sin esa voz que comandaba un equipo de enormes comunicadores como Fernando Rueda, Silvia Casasola, Carlos Cardeñosa, Carlos Canales, Jesús Callejo, Martín Expósito…cómo se puede olvidar la tertulia de las cuatro C.
Una radio llena de historia
Sábados y domingos La Rosa de los Vientos y Milenio 3 en la Cadena SER con Iker Jiménez llenaban la radio de enigmáticas historias y sobre todo de buen periodismo. Todavía a día de hoy recuerdo cómo el propio Iker Jiménez, al igual que todos nosotros, se quedó en shock y dedicó la mayoría de su espacio a Juan Antonio Cebrián, rompiendo con todos los moldes y haciendo un homenaje inolvidable a su compañero en el otro punto del dial. Enorme ese ejercicio de profesionalidad de Iker Jiménez y Carmen Porter.
La Rosa de los Vientos nos llevó por rincones inéditos de la historia, porque la gran virtud del maestro Cebrián era trasladarnos a esas épocas de los Godos en los Pasajes de la Historia o nos ponía los pelos de punta con sus monográficos Zona Cero llenos de misterio. Hace 17 años que nos quedamos sin su voz, pero sigue su obra literaria enorme y de gran valor. También Bruno Cardeñosa y Silvia Casasola mantienen vivo el espíritu del programa cada fin de semana. La Rosa de los Vientos sigue volando como le hubiera gustado a Cebrián. Hace ya 17 años. Cómo pasa el tiempo.