Maestro de la palabra hablada y escrita. Autor en mayúsculas, de talento arrebatador y voz hipnótica. Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) ha deleitado en el Hotel Valparaíso de Mallorca a sus más fieles seguidores que no han querido perderse la charla que ha versado principalmente sobre su último libro, ‘Mil ojos esconde la noche’ (Editorial Espasa, 2024). Organizado por el Cercle d’Economia de Mallorca, el autor ha dibujado las líneas maestras de una obra inmensa, pero a la vez enigmática, con el sello inconfundible de quien domestica la palabra y la convierte en literatura. En la mejor literatura.
Para entender el último libro del autor hay que conocer su obsesión por el buen gusto, por el trabajo perfecto, por la investigación minuciosa, por el dato concreto. Todo esto y más completan una primera entrega de una obra superlativa, donde a través de un narrador —un viejo conocido de las obras del autor, como es Fernando Navales— nos sumerge en el París atrapado en el nazismo. Se trata de un personaje al que aprendimos a amar o a odiar en Las máscaras del Héroe, “un escritor buscavidas tan dotado de talento para la manipulación como carente del más mínimo escrúpulo, un antihéroe pluscuamperfecto, movido por el resentimiento, la más oscura, pertinaz y alevosa de las debilidades humanas”, según la descripción del libro.
Figuras históricas
Con esa hoja de ruta, el autor nos invita a descubrir una novela plagada de figuras históricas, de ambiciones y traiciones, de vida y muerte, de verdad y mentira. De Prada en estado puro, incluso mejor que eso. De Prada ante una de las obras de su vida y eso tratándose de un autor de su talla es mucho decir.
El escritor ha hablado de su inmersión en los archivos de medio mundo, pero sobre todo franceses, de los tesoros que ahí encontró, de las verdades que fue desempolvando y de cómo estas fueron la semilla que ideó la trama para construir una obra de enorme valor literario.
Escribió de su puño y letra las ochocientas páginas que forman ese primer tomo. “Y vendrán ochocientas más”, indicó el que fuera premio planeta en 1997 por La Tempestad y que hoy ha sumergido en toda una tormenta literaria a sus seguidores más incondicionales. Sin duda se trata de uno de los autores más importantes de nuestro país y que hoy ha puesto sus ojos en Palma.