Enrique Ballester le da otra vez mil vueltas al fútbol

Miquel Alzamora
14 de septiembre de 2024

Imagen de la portada del último libro de Enrique BallesterEnrique Ballester (Castelló, 1983) es periodista en el diario Mediterráneo, donde juega de titular y se divide también entre El Periódico, El día después, un podcast y además recopila las columnas y escribe libros. Y hace memes en internet, el de Buyako Saka es antológico. Los edita Libros del KO, los libros, no los memes. Esta semana del 16 de septiembre llega ‘El último libro de fútbol’, otra vez Ballester en estado puro. Entrelaza las ideas con una finura exquisita y sus textos gustan a los amantes del balón y a los que ni fu ni fa. Este es el gran mérito. Enrique le da mil vueltas al fútbol. Charlamos con él mientras esperamos agarrar su último libro de fútbol para degustar periodismo de etiqueta.

El último libro de fútbol llega el 16 de septiembre al público. Todas las últimas columnas en un libro y de golpe como ocurrió con sus anteriores ¿Es otra sesión de fútbol en vena para sus lectores?
Efectivamente. Nueva tanda de columnas sobre fútbol y lo que surja.

El fúbol, la vida y Teo son un denominador común en gran parte de sus escritos. ¿Este deporte es algo más que 22 jugados corriendo detrás de un balón?
Una vez hice un meme sobre eso. Un balón y 22 jugadores corriendo detrás. Bastante orgulloso.

¿Cada libro que publica es como una final de Champions que se gana?
Me temo que esto es más sencillo.

Sus textos son en ocasiones pura literatura deportiva y van más allá de un simple hecho puntual sucedido en el terreno de juego. ¿Cuál es el proceso que sigue?¿Improvisa? ¿Hay mucha planificación?
Mantengo abierta una extensa conversación conmigo mismo en WhatsApp. Ahí envío lo que se me va ocurriendo y tiene potencial de aparecer en la columna. Llega el viernes y me siento un rato a escribir. Uso algo del WhatsApp y añado ideas que asoman mientras escribo. Este es mi concienzudo método ahora. A ver si alguna universidad me paga por compartirlo.

Por su edad tuvo tiempo de vivir el fútbol y el periodismo de antes de internet y mucho antes de las redes sociales y el actual. ¿Con qué se queda? Con el futbolista de botas negras y camiseta en los pantalones o con los tatuajes o con el del VAR actual?
Sutil manera de llamarme viejo. Me quedo con lo que hay. No hay otra.

¿Ha perdido el fútbol el espíritu con el que crecimos generaciones atrás?
El espíritu del fútbol que conocimos de niños era a menudo el espíritu de la corrupción, la violencia y la trampa. Todavía quedaría espíritu que perder.

Usted ha ‘mamado’ el fútbol de barro, el de las doce del mediodía, el de las fases de ascenso de Segunda B. Ha escrito de ello. ¿Cree que ha sido clave en su formación lo vivido todo esos años?
Probablemente, qué remedio. Con secuelas.

Usted participa en podcast, en programas de TV, pero los que le conocemos le identificamos con el periódico de papel, ahora también con las versiones web de los medios donde escribe. ¿Se considera un periodista de papel?

De papel mojado. Cuando empecé a trabajar en un periódico, hace casi 20 años, me dijeron que al papel le quedaban cinco años a lo sumo. Por lo que sea, aguanta. No me pidan vaticinios al respecto.

¿Qué futuro le espera al periódico impreso?
Vaya, había contestado en la anterior. Soy un visionario-mal, porque esto no lo sé. Diría que no lo sabe nadie, y esa es la gracia.

Escribir, titular, cuadrar, corregir y publicar en la web la crónica de un partido al minuto de que este termine no permite pensar, reflexionar ni dotar de calidad al artículo como sí puede hacer en el papel donde los tiempos son diferentes. ¿Vale la pena tanta rapidez en detrimento de un producto más elaborado?
El objetivo es que sea a la vez rápido y de calidad. Para eso nos pagan.

¿La relación con los futbolistas y entrenadores ahora distante ha ido en beneficio o en perjuicio de la profesión?
Generalizar es complicado. Sin duda ha sido perjudicial para la hostelería.

 Se acabó el debate de si eres de García o de De La Morena. ¿Usted con quién iba?
Crecí con De la Morena y odiando al resto. Después creces y te arrepientes. Escribí un artículo al respecto.

¿Sufre el síndrome de la hoja en blanco en alguna ocasión cuando tiene que situarse frente al teclado para el artículo de la semana?
A veces. En esos casos, preparo más café y doy una vuelta.

Desengrasamos un poco. Si fuera futbolista ¿qué jugador sería?
En la teoría, un mediapunta zurdito y elegante. En la práctica, el tipo que se tumba detrás de la barrera.

Si jugara en un equipo. ¿En cuál lo haría?
En el que más pagara.

Si fuera entrenador. ¿Quién sería?
Ya lo fui. Uno malo.

¿Y qué sistema emplearía?

En la teoría, un 3-1-4-2; en la práctica, un 5-4-1.

¿Qué presidente de fútbol añora?
A ninguno, la verdad. Aunque hubo alguno gracioso.

¿Cree que los periodistas de su generación llegarán a la jubilación trabajando en un periódico?
Golpe bajo.

¿Ha mentido mucho en esta entrevista?
Cero.

EL ÚLTIMO LIBRO DE FÚTBOL

Ballester Enrique

EAN: 9788419119728
ISBN: 978-84-19119-72-8
Editorial: LIBROS DEL K.O
Encuadernación:
Páginas: 248

Resumen

Si Ballester fuese defensa central no sacaría de rabona la pelota en el minuto 90 sino que la golpearía lo más lejos posible de su portería. Por eso ha titulado «El último libro de fútbol» su último libro de fútbol. Pero no se engañen, por debajo de ese espíritu práctico (resumido es su aforismo autobiográfico: No aporta soluciones, pero tampoco da problemas) late un esteta finísimo, uno de esos que disfruta tanto de tantas cosas que no llegará nunca a ser un cínico. Y así, sus columnas se leen con un cosquilleo de ligereza y felicidad, como quien escucha la charla inspirada de un amigo que enumera anécdotas cotidianas (familia, trabajo, sofá, amigos) entrelazadas con historias de fútbol. Y al revés. Porque hay escritores que convierten el fútbol en una metáfora de la vida, y luego está Ballester, que también sabe convertir su vida en una metáfora del fútbol.