Los olvidados

Miquel Alzamora
3 de mayo de 2024

Mallorca y creo que el resto de las Balears han muerto de éxito. Se acabaron los veranos que vivimos de niños para los niños de ahora. Los veranos ahora son un ilimitado atasco en todas las carreteras, sean secundarias, principales o sin asfaltar. Las calles de Palma son intransitables, también las calas y las playas, y los que vivimos aquí nos plantearnos seriamente si vale la pena pasar o no un par de horas cerca del mar a costa del atasco para ir y del que nos espera para la vuelta.

El problema grave de tráfico que afecta a Sóller no es solo patrimonio de la localidad de la Vall. Desde este mes y hasta octubre la Isla vive en un atasco permanente porque sencillamente llegan muchos turistas más de los que la lógica indica que podemos recibir. Hemos sido una tierra de brazos abiertos y ahora no podemos cerrarlos. Dimos el dedo y nos cogieron la mano y después el brazo y ahora ya no somos propietarios ni de nuestro cuerpo ni de nuestro entorno.

Vivir del turismo

Sé poderosamente que vivimos del turismo, pero esto no es vivir, esto es tratar de sobrevivir cada día, ya no para ir a la playa, para ir al hospital, para acudir al llenar el depósito o para visitar a un familiar en Sóller o en cualquier otra localidad de la Isla. Descarto eso de ir a cenar o comer a un restaurante sin haber reservado con días de antelación. No sé a ustedes, pero a mí los veranos me cambian el carácter, evidentemente para mal. Ni vacaciones quiero ya estos meses.

Solo miras el calendario y cuentas los días que faltan para que retorne la relativa tranquilidad del invierno, de cada vez más corto, de cada vez menos frío y de cada vez más seco. Y ni usted ni yo podemos hacer nada. Los que tenían que equilibrar el éxito turístico de las Islas eran otros, supongo que políticos, hoteleros y compañías de viajes y de ocio. Unos por rendición, miedo e inoperancia y otros por enriquecerse olvidaron todo lo que no les era rentable. Se olvidaron de nosotros.

Falta compromiso

Una noche me echaron de un estadio porque cerraban el campo tras un partido del Mallorca, pero todavía me faltaban textos por mandar al periódico y el portátil necesitaba corriente eléctrica urgente así que me metí en el primer bar que encontré. Resulta que era un...