La edad madura

Miquel Alzamora
9 de febrero de 2024

Miquel Alzamora. Febrero 2024. Es una buena noticia cumplir años, pero hay una fase de la vida donde cumples años sin saber hacia dónde vas. Cuando te diriges a los 18 piensas en novias, trabajo, resacas, estudios y en ser futbolista profesional. Superados los 25 empiezas a meterte en hipotecas, te casas, sigues acumulando resacas y ya sabes que no serás futbolista profesional. A los treinta quieres una casa mejor, un coche más potente y un trabajo estable que te permita tener la plataforma de turno para ver partidos de fútbol uno tras otro y pensar en lo que te perdiste por no tener talento para ser futbolista profesional. Eso se alarga una década más y sin darte cuenta te plantas en los cincuenta, con una vida más o menos organizada, pero en zona de nadie. Que es donde juegan los futbolistas que ni fu ni fa. Eres joven para la jubilación y empiezas a sentirte viejo para hacer lo que no has tenido tiempo de hacer hasta ahora. Yo, que tengo esta edad, ya no aprenderé a tocar la batería, tampoco creo que llegue a aprender inglés y ni mucho menos alemán y hace siglos que no tengo una resaca en condiciones dignas. La actitud ante la vida es otra, en mi caso es no hacerme daño si voy a correr o cuelgo un cuadro en la pared. Echas la vista atrás y empiezas a acumular recuerdos, algunos confusos, otros borrosos y otros sencillamente forman parte solo de tu imaginario. Al final suele ser siempre mejor lo que recordamos que pudo haber pasado que lo que pasó en realidad. Y entonces te miras al espejo y te dices a ti mismo: “Soy un tipo maduro. He madurado” y seguidamente te sientas en el sofá, pillas la ‘play’ y te das cuenta de que lo que importa realmente es ser realista en tus objetivos y la actitud que tomes ante la vida. Y echando dos tiros a cuatro orcos vuelves a ser el tío más feliz del mundo.