MIquel Alzamora. Febrero 2024. Mi vida estaba más o menos bajo control cuando averigüé que el programa ‘Un, dos,tres’ estaba grabado y que todo lo que creía ver en directo había ya sucedido. Me lo dijeron de golpe, siendo niño, así, sin más. Superado ese momento traumático y siendo ya maduro, pero no más listo, me quitaron de golpe el gol de oro en las prórrogas de fútbol en algunos campeonatos. También me enteré de golpe, sin ningún tipo de preparación. Y es que todo cambia y lo hace demasiado deprisa.
A mí no me gustan mucho los cambios bruscos. Por ejemplo, llevo 24 años con el mismo coche y a ser posible espero que resista 24 más. Nunca me he dejado seducir por anuncios de coches y mucho menos si los promociona alguna estrella del cine o del deporte. Como son mayoritarios los anuncios donde uno de ellos te dice que este coche que anuncia es el mejor y luego él no lo conduce, no he cambiado de vehículo. Si algún día, un escritor o un doctor o un albañil es el elegido para anunciar un utilitario y está en mi presupuesto, tal vez lo haga.
Pero volviendo a los tiempos de ‘Un, dos, tres’. Los más jóvenes no sabrán de qué les hablo, pero como las estadísticas dicen que éstos no leen periódicos ni textos que les obliguen a prestar más de un minuto de atención y solo se preocupan por el Tik Tok, o algo así, si les interesa saber de qué iba el concurso, que lo busquen en internet. Los lectores veteranos sí saben a qué me refiero. Actualmente observo con cierta emoción cómo el pasado siempre vuelve. El programa de música de los 80 y 90 de la 2 tiene una enorme audiencia y por volver, ha vuelto también Colombo —los jóvenes tampoco sabrá de quién les hablo —. Tal vez nos estamos dando cuenta, de verdad, que cualquier tiempo pasado fue verdaderamente mejor.