Noviembre 2021. Lectura de domingo. Esta semana se ha conocido el ‘informe’ de la ESPN sobre Robert Sarver. Después de leerlo minuciosamente, personalmente jamás habría firmado un reportaje de estas características donde 70 personas -por lo leído muchas menos- lanzan acusaciones a Sarver sobre ciertas actitudes absolutamente censurables en caso de ser ciertas. Ahora bien. Escudarse en ‘exempleados’ y ‘extrabajadores’ no me parece mínimamente serio. Acusar es fácil, probarlo no tanto y permitir que tu nombre salga antes de un entrecomillado mucho menos. Por el momento hay mucho de lo primero y poco de lo segundo. Por ahora hay palabras y pocos hechos.
Quiero pensar que quien llevó a cabo el informe o la investigación tiene nombres, fechas, días y grabaciones para dar apoyo al escrito de casi 20 páginas y que si la NBA lleva a cabo otra investigación paralela también citará a personas con nombre y apellidos. La pregunta que me hago ahora es ¿hay que poner la mano en el fuego por Sarver? Y la siguiente es: ¿Hay que dar por buenas las acusaciones sin llegar a conocer el nombre de quién acusa sea hombre o mujer? ¿Hay que poner la mano en el fuego por los acusadores? Creo que estoy demasiado lejos para responder a tantas preguntas. Me da igual lo que diga la ESPN, me da igual lo que diga la NBA y personalmente me tienen sin cuidado los Suns. Lo que realmente cuenta es lo que diga un juez y haría bien Sarver en acudir con urgencia a la vía judicial para salir de dudas, para que todos saliésemos de dudas. No conozco al propietario de los Suns. No más que usted. No sé cómo es en su club ni de qué tipo de ejecutivos está rodeado. Sé lo que ha hecho en el Mallorca para bien y para mal y que por ahora sostiene económicamente al club.
Personalmente ya tuve mi ración de falsas acusaciones contra el que fuera presidente del Mallorca los primeros días del mandato de Serra Ferrer en el Mallorca, Josep Pons, obligado a dejar su puesto por un asunto judicial que finalmente ganó el diplomático mallorquín. Al principio todo parecía de un color, luego fue todo lo contrario. Cuando todos los implicados estén ante un juez y declaren bajo juramento empezaré a creer en unos o en otros. Feliz domingo.
Miquel Alzamora